Los valores humanos, el valor documental y el carácter comprometido.
Autor: René De León G.
1. Los valores humanos
En este punto se tratan de examinar los beneficios o enseñanzas que hemos obtenido de la lectura en cuanto a los valores humanos.
Hay que tomar en cuenta una clasificación de valores, por ejemplo, valores morales, valores cívicos, valores espirituales, valores religiosos, valores materiales, valores filosóficos; y también reconocer valores específicos: unión familiar, honor, honra, justicia, libertad, dignidad, amor, fidelidad, perseverancia, respeto, honradez, amistad, tolerancia, bondad, nacionalismo, etc.
Si en una obra se presentan contravalores, al analizar podemos comprender la importancia de los valores que se oponen a los contravalores; por ejemplo, al analizar la injusticia, entenderemos mejor el valor de la justicia.
En el análisis debemos, primero, mencionar los valores humanos que se reflejan en la obra o las enseñanzas que se extraen de la lectura. Luego debemos sustentar cómo se reflejan esos valores en la obra (uno por párrafo). Finalmente, debemos dar una conclusión u opinión.
Al sustentar, se deben explicar y analizar los comportamientos o formas de ser donde se denoten los valores que se señalen.
Ejemplo de un esquema de temas para los párrafos de una redacción: Introducción, valores morales, valores cívicos, valores religiosos, conclusión. Otro esquema puede ser el siguiente: Introducción, la justicia, la honradez, el respeto, el amor, la amistad, conclusión.
2. El valor documental
Aparte del valor literario y de los valores humanos, una obra puede presentar valor o importancia en otros aspectos; por ejemplo, puede servir como documento para conocer una sociedad de determinada época. En este caso se habla de valor documental de la obra, y el mismo puede referirse a lo histórico, lo geográfico, lo social, lo económico, lo científico, lo político, lo psicológico, lo filosófico, lo educativo, lo religioso, lo sociológico, lo artístico, etc.
El valor documental se analiza de la siguiente forma: Primero, mencionamos en qué planos o aspectos la obra nos sirve como documento para conocer la sociedad de determinada época. Luego, sustentamos cómo se refleja el valor documental de la obra en cada plano; ejemplos: en lo geográfico, en lo histórico, en lo social, en lo económico, en lo moral, en lo educativo, en lo político, en lo religioso, etc. (un plano por párrafo). Finalmente, planteamos la conclusión u opinión.
3. El carácter comprometido
El carácter comprometido lo posee la obra en la que el autor se compromete con una ideología (la defiende o la acusa) y así también compromete al lector a adoptar una posición o tomar una actitud frente a lo que le plantea. Esta función social de la literatura es más propia de los períodos clasicistas, dado que en éstos predomina la razón, la reflexión, la investigación, el cuestionamiento.
Los planos en que una obra puede presentar carácter comprometido son los mismos en que la obra puede presentar valor documental, sólo que ahora el autor tiene una intención especial con los contenidos que presenta: los defiende o los acusa para que los lectores lo sepan y para que tomen partido.
Podemos afirmar, sin dudas, que la mayoría de las corrientes literarias y autores desde la segunda mitad del siglo XIX (Realismo y Naturalismo) hasta hoy, han denotado esta preocupación social en la literatura, la cual actualmente se ha convertido en un medio de comunicación de masas con gran poder e influencia en todo el mundo. Los escritores aprovechan este medio para expresar sus insatisfacciones con el mundo o con el medio específico en que viven, para denunciar, para ganar adeptos a determinada posición ideológica, especialmente en campos como la política, la religión, la filosofía y la economía. Hoy son muy pocos los que en literatura cultivan "el arte por el arte".
El análisis del carácter comprometido implica lo siguiente: en la introducción, mencionar qué planos o ideologías acusa o defiende el autor; en el desarrollo, sustentar cómo se refleja el carácter comprometido en la obra, por ejemplo, en lo político, en lo religioso, en lo económico, en lo moral, en lo social, en lo educativo, en lo filosófico, etc. (un plano, aspecto o ideología por párrafo); al final, establecer nuestra conclusión u opinión.
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