viernes, 2 de septiembre de 2011

EL VIEJO ÁRBOL DE MANGO

EL VIEJO ÁRBOL DE MANGO


La sed sube de rama en rama.
El tiempo vence, una a una, casi a todas las ramas del árbol, el cual se bandea sobre el camino polvoriento que conduce a las playas anónimas de un puerto escondido entre oscuros manglares.

Debajo del viejo árbol, el viento juega con el polvo del camino.
Arriba, en sus rugosas ramas, los matapalos juegan a embriagarse con la savia
y a depositar el huevo de la sombra y el silencio.

Nuestra niñez va pasando y no hemos visto pasar el tiempo;
sólo hemos notado que el árbol ha cambiado mucho últimamente;
poco a poco se ha ido consumiendo por la sed y ha ido cediendo sus ramas al ejército de matapalos.

Los frutos del mango ya no quedan tan cerca del suelo en el barranco al otro lado del camino.


René De León G.
2 de agosto de 1979

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