miércoles, 28 de septiembre de 2011

FIGURAS LITERARIAS

Figuras Literarias
Autor: René De León G.

     La figura literaria, también conocida como figura retórica, es una estrategia literaria que el escritor aplica en el texto para intentar conseguir un efecto determinado en la percepción e interpretación del lector. Las figuras pueden estar relacionadas con rasgos semánticos o con rasgos fonológicos o sintácticos de las palabras afectadas.
     Figuras literarias son maniobras, manipulaciones o artificios de que hacen uso los escritores en la creación literaria.  Todo escritor manipula, más o menos, su modo de pensar y la manera de exponerse pensamiento, para que el contenido o la forma, o ambas cosas a la vez, "extrañen" o choquen al lector, y éste perciba la voluntad de forma; esto es, el deseo de que veamos cómo, en su obra, el idioma ha sido trabajado atentamente, artísticamente, para diferenciarlo del que se utiliza en los usos no literario (Carreter y Tusón, 1988, 7). El escritor aspira a que su lenguaje sea visto, recibido o percibido como resultado de un trabajo de creación artística, por ello la obra literaria es una ora de arte en la que el material con que se trabaja son las palabras, el lenguaje.
     Las figuras literarias se presentan en prosa o en verso, y pueden ser de dos clases: figuras de pensamiento (las que llaman la atención en cuanto a la presentación de las ideas, del contenido) y figuras de lenguaje (las que llaman la atención en cuanto a la forma; se producen por un empleo singular del lenguaje, de tal forma que si la expresión cambia, desaparece la figura).
     Entre las figuras literarias más conocidas tenemos las siguientes: alegoría, aliteración, anadiplosis, anáfora, antítesis, apóstrofe, asíndeton, cacofonía,  encabalgamiento, elipsis, epanadiplosis, epíteto, eufemismo, hipérbaton, hipérbole, ironía, lítote, metáfora, metonimia, onomatopeya, oxímoron, paradoja, paralelismo, paronomasia, perífrasis, polisíndeton, prosopopeya, sarcasmo, símbolo, símil, sinécdoque y sinestesia.
Todas las figuras se producen por acción de la función poética o estética del lenguaje, función que desempeña el lenguaje literario y que consiste en que el lenguaje se trabaja, se elabora para llamar la atención sobre el lenguaje mismo, sobre la forma, sobre la manera de usarlo; o sea, para que nos demos cuenta de cómo están dichas las cosas, cómo están expresados los contenidos, y no nos fijemos solamente en los contenidos que se expresan.
  1. Alegoría
  2. Aliteración
  3. Anadiplosis
  4. Anáfora
  5. Antítesis
  6. Apóstrofe
  7. Asíndeton
  8. Cacofonía
  9. Elipsis
  10. Encabalgamiento
  11. Epanadiplosis
  12. Epíteto
  13. Eufemismo
  14. Hipérbaton
  15. Hipérbole
  16. Ironía
  17. Lítote
  18. Metáfora
  19. Metonimia
  20. Onomatopeya
  21. Oxímoron
  22. Paradoja
  23. Paralelismo
  24. Paronomasia
  25. Perífrasis
  26. Polisíndeton
  27. Prosopopeya
  28. Sarcasmo
  29. Símbolo
  30. Símil
  31. Sinécdoque
  32. Sinestesia
1. Alegoría
     Se denomina así a un procedimiento retórico de más amplio alcance que el símbolo, en tanto que por él se crea un sistema extenso y subdividido de imágenes metafóricas que representa un pensamiento más complejo o una experiencia humana real, y en ese sentido puede constituir obras enteras, como el Roman de la rose de Jean de Meung. La alegoría se transforma entonces en un instrumento cognoscitivo y se asocia al razonamiento por analogías o analógico. Por ejemplo, Omar Khayyam afirma que la vida humana es como una partida de ajedrez, en la cual las casillas negras representan las noches y las blancas los días; en ella, el jugador es una pieza más en el tablero cósmico. Jorge Manrique, por otra parte, afirma, tomándolo del Eclesiastés, que nuestras vidas son ríos y como ellos sólo parecen diferentes en su curso y caudal, pero no en su final, que es el mar/la muerte: el final ha sido ya escrito, pero no el transcurso de la vida. Y Albertino Mussato escribe que los humanistas "son enanos a hombros de gigantes", porque por nosotros mismos no podemos ver muy lejos, pero subidos a hombros del saber humanístico antiguo, podemos ver incluso más de lo que vieron los grandes hombres del pasado.
     Con la alegoría se describen acciones o hechos imaginarios, pero que se corresponden con hechos reales. Así, Lope de Vega se dirige a un rival con quien su amada Elena Osorio se había ido, fingiendo alegóricamente que es un pastor que reclama aun mayoral su manso o cordero preferido:
Suelta mi manso, mayoral extraño,
pues otro tienes de igual decoro;
deja la prenda que en el alma adoro,
perdida por tu bien y por mi daño.
     Hay también alegoría cuando, en el poema, el relato o el drama, intervienen personajes alegóricos que encarnan ideas abstractas, como la Providencia, el Género Humano, la Envidia, la Virtud, etc. (Carreter, 1995, 11).
     El significado alegórico es también uno de los cuatro que es posible extraerle a las Sagradas Escrituras según los teólogos. Por otra parte, se conoce como Escuela alegórico-dantesca la poesía alegórica española del s. XV influida por la Divina commedia de Dante Alighieri. Los principales representantes fueron don Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana (Carrión de los Condes, 1398-1458) y Juan de Mena (Córdoba, 1411-1456).
     El dramaturgo barroco Pedro Calderón de la Barca llevó a su perfección el subgénero dramático alegórico en un acto de tema eucarístico denominado auto sacramental, donde los personajes son en realidad alegorías de conceptos abstractos. En uno de ellos, define así la alegoría:
La alegoría no es más
que un espejo que traslada
lo que es con lo que no es,
y está toda su elegancia
en que salga parecida
tanto la copia en la tabla,
que el que está mirando a una
piense que está viendo a entrambas.

Como ejemplos de alegoría pueden citarse los siguientes:
Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nascemos
andamos, mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos
así que cuando morimos
descansamos.
(Jorge Manrique, Coplas a la muerte de su padre)

«Dime: ¿no has visto tú representar alguna comedia adonde se introducen reyes, emperadores y pontífices, caballeros, damas y otros diversos personajes? Uno hace el rufián, otro el embustero, éste el mercader, aquél el soldado, otro el simple discreto, otro el enamorado simple; y, acabada la comedia y desnudándose de los vestidos della, quedan todos los recitantes iguales.
-Sí he visto —respondió Sancho.
-Pues lo mesmo —dijo don Quijote— acontece en la comedia y trato deste mundo, donde unos hacen los emperadores, otros los pontífices, y, finalmente, todas cuantas figuras se pueden introducir en una comedia; pero, en llegando al fin, que es cuando se acaba la vida, a todos les quita la muerte las ropas que los diferenciaban, y quedan iguales en la sepultura.
-¡Brava comparación! —dijo Sancho—, aunque no tan nueva que yo no la haya oído muchas y diversas veces, como aquella del juego del ajedrez, que, mientras dura el juego, cada pieza tiene su particular oficio; y, en acabándose el juego, todas se mezclan, juntan y barajan, y dan con ellas en una bolsa, que es como dar con la vida en la sepultura.
-Cada día, Sancho —dijo don Quijote—, te vas haciendo menos simple y más discreto.»
(Cervantes, Quijote, II)

2. Aliteración
     Es el efecto sonoro producido por la repetición de forma consecutiva de un mismo fonema, o de fonemas similares. La aliteración suele sugerir imágenes relacionadas con los sentidos.  Según Lázaro Carreter, la aliteración se produce por la repetición de uno o varios fonemas con frecuencia perceptible: Con el ala aleve del leve abanico. (Rubén Darío)
     Cuando la aliteración trata de imitar sonidos o ruidos, se denomina onomatopeya: El silbo de los aires amorosos. (San Juan de la Cruz)

3. Anadiplosis
     Repetición de la misma palabra o grupo de palabras al final de un verso y al comienzo del siguiente, por ejemplo:
Oye, no temas, y a mi ninfa dile, dile que muero. (Esteban Manuel de Villegas, siglo XVII)         Mi sien, florido balcón de mis edades tempranas, negra está, y mi corazón, y mi corazón con canas. (Miguel Hernández, siglo XX)         Nadie ama solamente un corazón: un corazón no sirve sin un cuerpo.(J. M.ª Fonollosa, siglo XX)

4. Anáfora
     Es la repetición de una o más palabras al comienzo de dos o más unidades sintácticas.  En la poesía, consiste en la repetición de las primeras palabras de un verso en los versos siguientes:
Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo. No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada. (Miguel Hernández, siglo XX)

5. Antítesis o contraste
     Figura que consiste en oponer dos ideas o dos términos contrarios. Recurso estilístico basado en contraponer dos sintagmas, frases o versos en cada uno de los cuales se expresan ideas de significación opuesta o contraria (antítesis propiamente dicha) o impresiones más subjetivas e indefinidas que se sienten como opuestas (contraste):
Yo velo cuando tú duermes, yo lloro cuando tú cantas (Cervantes).
Mis arreos son las armas
mi descanso, el pelear
mi cama, las duras peñas
mi dormir, siempre velar.
(Romance)(Carreter, 1995, 11).

6. Apóstrofe
     Figura que consiste en dirigir la palabra con vehemencia en segunda persona a una o varias, presentes o ausentes, vivas o muertas, a seres abstractos o a cosas inanimadas, o en dirigírsela a sí mismo en iguales términos (RAE, 1992).

7. Asíndeton
     Figura literaria  que consiste en la eliminación de conjunciones. Suele utilizarse para dar agilidad al texto.
Acude, corre, vuela,
traspasa la alta sierra, ocupa el llano.
No perdones la espuela
no des paz a la mano;
menea fulminando el hierro insano.
(Fray Luis de León, siglo XVI)

8. Cacofonía
     Efecto sonoro desagradable producido por la cercanía de sonidos o sílabas que poseen igual pronunciación. Disonancia que resulta de la inarmónica combinación de los elementos acústicos de la palabra (RAE, 1992). Ejemplo:
Y déjame muriendo un no sé qué que quedan balbuciendo (San Juan de la Cruz, Cántico Espiritual, siglo XVI)

9. Elipsis
     Figura literaria consistente en la omisión deliberada de alguna parte del texto. Figura de construcción, que consiste en omitir en la oración una o más palabras, necesarias para la recta construcción gramatical, pero no para que resulte claro el sentido (RAE, 1992).

10. Encabalgamiento
     Es un efecto poético que consiste en cortar una frase inacabada al final del verso, y continuarla en el siguiente verso.
     Existen dos tipos: el encabalgamiento suave (en el que apenas se rompe la unidad de la frase al cortarla) y el brusco o abrupto (en el que se deja sentir ese corte violentamente). Cuando el encabalgamiento abrupto ocupa tres sílabas o menos, se denomina braquistiquio, y sirve para subrayar o destacar el significado de una expresión entre dos pausas fuertes.  Ejemplo:
Bien como la ñudosa carrasca, en alto risco desmochada con hacha poderosa de ser despedazada delhierro, torna rica y esforzada... (Fray Luis de León, siglo XVI)

11. Epanadiplosis
     Consiste en repetir, al fin de un verso, cláusula o frase, el mismo vocablo con el que empieza:
Quiero verte y tenerte eternamente, quiero
Contigo fundirme en el olvido y desaparecer contigo,
Solamente eso quiero, nada más, solamente.

12. Epíteto
     El epíteto o adjetivo ornamental es aquél que se coloca habitualmente ante el sustantivo al que califica y expresa una cualidad propia o inherente a este o intrínsecamente ligada a él, de forma que es ornamental, no añade ninguna información y se percibe más bien como una especie de intensificación del significado del sustantivo o redundancia (manso cordero, fiero león). Es un recurso de uso estrictamente literario y renacentistas como Garcilaso lo usaron como expresión de su idealismo platónico, con la intención de crear una realidad artística superior a la mera realidad:
Verde prado de fresca sombra lleno... (Garcilaso de la Vega, siglo XVI)
Las frases adjetivas y las aposiciones se usan a veces como epítetos, por ejemplo, las usadas con frecuencia en los poemas homéricos. (Carreter, 1995, 11).

13. Eufemismo
      Consiste en emplear una expresión o frase que represente de forma no ofensiva o molesta algo que, dicho en su manera directa, sí ofendería o molestaría. Manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante (RAE, 1992). Ejemplo: Donde la espalda pierde su nombre (nalgas).

14. Hipérbaton
     Desorden de la secuencia lógica de los elementos del texto. Se trastrueca o disloca el orden normal de la oración o de la frase, que en español es: sujeto + verbo + complementos del verbo, y determinado + determinante.  Cuando el hipérbaton altera demasiado el orden sintáctico, de modo que se requiere especial atención para desentrañar el mensaje, se denomina hipérbaton violento.
El hipérbaton caracteriza periodos muy cortesanos de la literatura española, como el siglo XV (en que lo utilizaron frecuentemente autores como Juan de Mena o Fernando de Rojas, entre otros) o el Barroco. En este último periodo, el estilo llamado CulteranismooGongorismo supuso un auténtico desarrollo para este procedimiento retórico merced a la importancia que le confirió en sus obras el poeta cordobés Luis de Góngora a partir de su poema Soledades (1613). Los casticistas como Lope de Vega reaccionaron burlándose del procedimiento en parodias humorísticas del mismo.
Ejemplos:
Del monte en la ladera por mi mano plantado tengo un huerto... (Fray Luis de León, siglo XVI) Pasos de un peregrino son errantes cuantos me dictó versos dulce Musa en soledad confusa, perdidos unos, otros inspirados. (Luis de Góngora, Soledades, 1613) En una de fregar cayó caldera. (Lope de Vega, La gatomaquia, s. XVII) Inés, tus bellos ya me matan, ojos, y al alma, roban pensamientos, mía, desde aquel triste, que te vieron, día, no tan crueles, por tu causa, enojos. Tus cabellos, prisiones de amor, rojos, con tal, me hacen vivir, melancolía, que tu fiera, en mis lágrimas, porfía, dará de mis, la cuenta a Dios, despojos. Creyendo que de mí no, Amor, se acuerda, temerario, levántase, deseo, de ver a quien me, por desdenes, pierde. Que es venturoso, si me admite, empleo, esperanza de amor, me dice, verde, viendo que te, desde tan lejos, veo". (Lope de Vega, siglo XVII)

15. Hipérbole
     Exageración que se sale de la realidad, ponderación exagerada. Ejemplos:
Yo romperé a fuerza de brazos un monte espeso que otro no rompiera. (Gracilazo)
Niña, te quiero tanto, Niña, tanto te quiero que si me sacan los ojos te miro por los agujeros. (Copla popular)
A veces produce efectos cómicos:
Yace en esta losa dura una mujer tan delgada que en la vaina de una espada se trajo a la sepultura. (Baltasar de Alcázar)       Érase un hombre a una nariz pegado. (Francisco de Quevedo)
Un pasaje hiperbólico es, pues, el que plantea una realidad exagerada, desmesurada.

16. Ironía
     Es el modo de burlarse de alguien o de algo, afirmando seriamente lo contrario de lo que se quiere dar a entender.  Figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice (RAE, 1992).  Ejemplos:
"Muy buena tu acción".
Corremos a ofrecer nuestra adhesión y nuestros plácemes a los señores consejeros, gobernadores y subgobernadores de los bancos que han expulsado a su personal por considerar como una falta de disciplina la solicitud de mejoras.

17. Lítote
     La lítote es una figura que presenta lo que se dice en forma de negación atenuadora: "Eso no está muy bien" (= está mal). (Carreter, 1995, 11).

18. Metáfora
     Es el recurso estilístico que consiste en identificar un término con otro, con el que tiene características más o menos comunes: "a" es "b". No debe confundirse con la comparación o símil, ya que en el caso de la metáfora no existe comparación, sino identificación de un término con otro. Puede realizarse de diversas maneras, que pueden combinarse entre sí y dar lugar a metáforas más complejas:
Metáfora simple o imagen: Responde a la fórmula a es b:
"Tus dientes son perlas"
Metáfora de complemento preposicional del nombre: Responde a la fórmula a de b:
"Dientes de perla"
Metáfora aposicional: Responde a la fórmula a, b:
"Tus dientes, perlas de tu boca"
Metáfora pura: Consiste en la omisión completa de a, y sólo queda b. Responde a la fórmula [a] b:
"Las perlas de tu boca"
Metáfora negativa: Responde a la fórmula no a, b:
"No dientes, son perlas"
Metáfora impresionista: Responde a la fórmula a, b1, b2, b3...:
"Tus dientes, marfil, blancura, destellos de sol..."
La Alegoría es una serie continua de metáforas que tiene una función narrativa o cognoscitiva.
La Imagen visionaria es una metáfora en la que los términos a y b no poseen en común nada sino el significado emocional que entre ellos encuentra el poeta.
El Símbolo es una metáfora codificada por una tradición cultural. También puede ser un símbolo original, creado por el propio poeta, pero entonces hay que aludir a ellos como "símbolos personales".

19. Metonimia
     Esta figura es un tropo que se basa en la contigüidad entre el término real (R) y la imagen (I): al estar juntos, la imagen presta su nombre al término real.  Así, como en el anverso (R) de una moneda suele estar grabado un rostro, lo llamamos cara (I), aunque ésta sea sólo una parte del anverso. Llamamos, por ejemplo, cuero al balón, violín al violinista de una orquesta, copa al licor que contiene (Carreter, 1995, 11).

20. Onomatopeya
     Imitación o recreación del sonido de algo en el vocablo que se forma para significarlo (RAE, 1992).  Figura que consiste en la imitación de sonidos o ruidos: "crack", "guau", "tic tac, tic tac".

21. Oxímoron
     Unión de dos términos de opuesto significado. Figura que consiste en juntar dos palabras o dos ideas que, lógicamente, no podrían coexistir:
Esto es una sensata locura.
"Vivo sin vivir en mí
que muero porque no muero".
(Santa Teresa de Jesús)
A veces, en lugar de excluir un término al otro, complementa el mensaje. Por ejemplo:
Rugido callado (Rubén Darío).

22. Paradoja
      Consiste en la expresión de una verdad en términos contradictorios. Por ejemplo: Todos somos iguales, pero unos más iguales que otros (George Orwell, Granja de animales).
Figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones o frases que envuelven contradicción. Mira al avaro, en sus riquezas, pobre. (RAE, 1992)

23. Paralelismo
     Recurso estilístico que consiste en repetir una misma construcción sintáctica o un mismo significado dos o más veces. Existen dos tipos:
Paralelismo sintáctico: aquél en que lo que se repite es la misma construcción sintáctica:
Los suspiros son aire y van al aire
las lágrimas son agua y van al mar. (Bécquer)
Este tipo de paralelismo caracteriza, por ejemplo, la poesía galaica de las Cantigas de amigo. Un ejemplo puede encontrarse en los versos impares del Romance del Conde Olinos:
A ella, como hija de reyes la entierran en el altar; a él, como hijo de condes, unos pasos más atrás. Paralelismo semántico: Consiste en repetir la misma idea, pero no con las mismas palabras. Caracteriza, por ejemplo, a la poesía clásica hebrea contenida en el Antiguo Testamento. Así dice, por ejemplo, el Libro de Job: ¿Por qué no morí en el seno y no nací ya muerto? ¿Por qué hubo dos rodillas para acogerme y dos pechos para darme de mamar? ¿O por qué no fui como un aborto que se esconde, como los pequeños que nunca vieron la luz? Pues ahora estaría acostado tranquilamente y dormiría mi sueño para descansar.

24. Paronomasia o paranomasia
     Juego de palabras que se realiza juntando palabras similares que solamente se distinguen unas de otras por unos pocos fonemas.
De medio arriba romanos, de media abajo, romeros. (Lope de Vega, siglo XVII)        Yo, remera de barcas, ramera de hombres romera de almas, rimera de versos, Ramona, para servirles. (Gloria Fuertes)

25. Perífrasis o circunloquio
     La perífrasis o circunloquio es una figura que elude la palabra directa y alude al objeto mediante un rodeo.  Así, perifrásticamente, aludimos a Lope de Vega llamándolo el Fénix de los ingenios españoles (Carreter, 1995, 11).
La perífrasis puede afectar a oraciones enteras, a párrafos y a escritos completos.

26. Polisíndeton
     Consiste en el uso reiterado de conjunciones. Normalmente, esta imagen busca un efecto de prolongación en el tiempo.

27. Prosopopeya
     Consiste en atribuir cualidades a algo o alguien que no corresponden con su naturaleza. Se puede realizar de diversas maneras, por ejemplo:
Personificación: Consiste en atribuir cualidades humanas a seres inanimados, ya sean animales o cosas:El cáñamo se retorcía con áspero gemir, enroscándose lentamente sobre sí mismo.  Los hilos montaban unos sobre otros, quejándose de la tensión violenta.
Cosificación: También llamada reificación, consiste en atribuir cualidades de objeto a un ser vivo. Es un procedimiento usado sobre todo en la estética vanguardista del expresionismo del siglo XX, pero también su usó con anterioridad. La poesía renacentista, por ejemplo, transforma a la mujer en un auténtico objeto de lujo compuesto de materias preciosas. Más tarde, durante el Barroco, la cosificación se usó más bien como mecanismo satírico para degradar o desengañar:
Si no duerme su cara con Filena, ni con sus dientes come y su vestido las tres partes le hurta a su marido, y la cuarta el afeite le cercena, Si entera con él come y con él cena, mas debajo del lecho mal cumplido todo su bulto esconde, reducido a chapinzanco y moño por almena, ¿Por qué te espantas, Fabio, que abrazado a su mujer, la busque y la pregone, si, desnuda, se halla descasado? Si cuentas por mujer lo que compone a la mujer, no acuestes a tu lado la mujer, sino el fardo que se pone. (Francisco de Quevedo, siglo XVII)
Animalización: consiste en atribuir cualidades animales a un ser humano o a un objeto.

28. Sarcasmo
     Ironía cruel o muy descubierta que se complace en zaherir violentamente a una persona: ¡Te felicito por tu gran inteligencia; eres todo un genio!

29. Símbolo
     Es una realidad perceptible por los sentidos, que se adopta para representar otra realidad de carácter espiritual o abstracto. Así, la balanza es símbolo de (o simboliza a) la justicia; y la cruz, del Cristianismo. Los escritores suelen crear sus propios símbolos.  Unamuno, por ejemplo, representa la angustia que le corroe el alma como un buitre que la simboliza:   Este buitre feroz de ceño torvo
que me devora las entrañas fiero
es mi único y constante compañero,
labra mis penas con su pico corvo.
(Carreter, 1995, 15).

30. Símil o comparación
     El símil consiste en establecer una comparación o relación de semejanza entre dos partes usando los nexos como, tal, cual, o el verbo parece. La comparación o símil debe distinguirse claramente de la metáfora, puesto que la comparación establece una relación de semejanza o parecido, pero la metáfora la establece de identidad o esencia.
Ejemplos: Dientes como perlas. Unas nubes alargadas cruzan cual culebras. Como los ríos que en veloz corrida se llevan a la mar, tal soy llevado al último suspiro de mi vida (Alonso Fernández de Andrada, Epístola moral a Fabio)

31. Sinécdoque
     La sinécdoque es un tipo particular de metonimia y, por tanto, se funda también en la contigüidad.  Consiste en emplear el nombre del todo por el de una parte (La ciudad le hizo un gran recibimiento), o el de una parte en lugar del nombre del todo (Aparecieron dos velas en el horizonte. dos velas = dos barcos) (Carreter, 1995, 11).

32. Sinestesia
     Tropo que consiste en unir dos imágenes o sensaciones procedentes de diferentes dominios sensoriale: Soledad sonora. Verde chillón (RAE, 1992).
Consiste en atribuir a un objeto cualidades propias de otro y parece estar basada en la facultad que poseen algunas personas para sentir percepciones sensoriales cruzadas.  Ejemplo:
La atmósfera del verano, densa hasta entonces, se aligeraba y adquiría una acuidad a través de la cual los sonidos eran casi dolorosos, punzando la carne como la espina de una flor. De las hojas mojadas, de la tierra húmeda, brotaba entonces un aroma delicioso, y el agua de la lluvia recogida en el hueco de tu mano tenía el sabor de aquel aroma… (El otoño. Luis Cernuda)


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(Carreter, 1995). Carreter, Fernando Lázaro  Literatura Española, Anaya, 1995.
(Carreter y Tusón, 1988) Carreter, Fernando Lázaro y Vicente Tusón.  Literatura Española, Anaya, 1988.
(RAE, 1992)  Real Academia Española.  Diccionario de la Lengua Española, Espasa Calpe, 1992.

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